Tengo 40 años, soy soltera, ¿Y qué?

Hay quienes creen que la mujer que llega a los 40 años siendo soltera es porque no ha sabido amar, que somos demasiado exigentes, rebeldes y no tenemos las cosas claras…
No todos los casos son iguales, pero hoy día somos muchas las mujeres que somos solteras por decisión propia, por respeto a nosotras mismas y porque desde nuestra madurez personal hemos aprendido a no depender de ningún hombre.
Amamos, y nos gustaría encontrar el amor adecuado, pero no estamos desesperadas, las mujeres solteras cuarentañeras también escogemos ser libres y felices.
Levante la mano la lectora que ha llegado a la crítica edad de los 40 años y sigue soltera, y lo que es mejor aún, “sin apuro”. ¿Formamos un club? ¿Nos revelamos frente a esos que nos miran con compasión?
Te ha pasado que conoces a un hombre, pregunta tu edad, y acto seguido viene la típica pregunta:
¿y por qué no te has casado?
¡Como si existiera una respuesta universal! ¡Cómo si existiera un vínculo natural entre la edad y el matrimonio! O como diría mi paisano Alejandro Lerner en una de sus canciones “Me enseñaron que casarse también es cuestión de edad”.
Esta semana ha sido para mí, una semana de pensamientos revolucionarios, he tenido tiempo libre y lo he utilizado a reflexionar sobre muchas creencias que vivimos como certezas, esforzándonos por aquello que, en realidad, tiene poca importancia. He leído artículos y comentarios de nuestra querida web; releído fragmentos de libros, y he vuelto una y otra vez sobre mí; y me he convencido de que vivimos en grandes nebulosas  mentales, producto de invenciones morales y sociales.

La siniestra edad de los 40 años

Una de esas creaciones en la mujer es “la siniestra edad de los 40 años” y su “íntima relación con la ausencia de pareja”. ¿Qué son 40 años en la vida de un ser humano? En realidad apenas hemos vivido unos 25 años; pues los primeros 15 años son digitalizados por los padres y la familia. En verdad hasta los 18 años nuestras vidas personales son la vida de todos los otros también. Recién cuando comenzamos a trabajar, a ganar nuestro dinero, a cubrir nuestras necesidades primarias y nuestro primeros lujos, podemos afianzar con alegría y euforia que estamos viviendo nuestra propia e íntima vida.
Y sin embargo, 25 años más tarde, retornamos a la dependencia compartida y los de afuera son los que nos dicen que “estamos viejas”, “que ya no somos niñas”, “que la vida pasa”;  “que estamos solas y la soledad es fea”.
Algunas compran los argumentos fatídicos; otras –la minoría– hace caso omiso y siguen con su propio ritmo; pero en general si hoy estoy escribiendo sobre este tema, es porque a las alturas de la evolución, tener 40 años y ser soltera, sigue siendo un tabú en nuestras sociedades. Con el término tabú designamos “cosas que no se pueden hacer, o decir debido a prejuicios  o convenciones sociales”. Y este sigue siendo un gran prejuicio de la sociedad, pues 40 años es una edad para estar casada y tener varios hijos a los que criar.
Pero, ¿qué pasa cuando no sucede lo esperado por los ojos de los demás?  En muchas circunstancias, quién no cumple una regla tácita es orillado al olvido.  Los esposos de las amigas nos ven como “tentaciones que pueden torcer el camino de sus afables esposas”; nuestras madres como “rebeldes sin causa”, y los hombres como “muñecas con algún defecto”, si a esta edad no estamos en matrimonio, divorciadas o viudas, ¿algo tendremos que tener, verdad?
Están los que dicen que nuestro carácter es fuerte y que nadie nos soporta, que somos demasiado exigentes, que no tuvimos suerte en el amor, que nos dedicamos mucho al trabajo, que no queremos compartir, que tenemos miedo a ser heridas, que estamos presas de nuestras libertad.
Yo creo que si hemos llegado a esta edad en la que alcanzamos determinada madurez emocional e intelectual sin pareja, no es por azar, sino por elección. Hablo particularmente de las mujeres que han elegido la soltería por convicción y no por conspiración universal.
Me refiero a todas las que somos más allá de la edad que tengamos o aparentemos tener; de las que nos sentimos completas aún sin una pareja; las que apostamos cada día a nuestros sueños y proyectos; y nos encanta estar enamoradas; pero no es el fin de nuestra existencia. Porque habiendo posibilidades de coincidir con alguien, elegimos lo que realmente queremos para nuestras vidas; y cómo queremos ser tratadas.
Cuando me dicen: ¿Por qué tan guapa e inteligente y no tienes esposo o pareja? Con aire sarcástico respondo: “Mi vida es maravillosa y no necesito arruinármela”
40 años no son nada; es un número estigmatizado. ¿Qué sabe la sociedad de nosotras en particular? Nada. Somos un mundo, cada quién. Entonces, ¿por qué se nos pretende medir con las mismas medidas? Ninguna generalización es efectiva.
Tengo 40 años y estoy feliz por ello.Me siento plena, radiante y jovial. No me asusta la soledad, porque estoy rodeada de belleza y amor. ¿Has visto las estrellas, la luna? ¿Has sentido la lluvia derraparse por un tejado? ¿Has jugado con tu mascota como una niña por más de diez minutos seguidos? ¿Has llorado con una película de amor? ¿Has visto tu cara después de un logro?
Estamos en conexión con todo un universo de cosas, personas, recuerdos y posibilidades. ¿Cómo podremos sentir soledad si somos todos parte del todo?
¡Soy soltera! Elijo mi libertad, no porque no la quiera compartir, sino porque no quiero a mi lado un hombre para recostarme a descansar mis necesidades emocionales a su sombra; porque quiero un amor que sume, que multiplique todo lo que soy y lo que seré; y si ese ser no está disponible para mí; así como estoy yo sigo siendo feliz. Mi felicidad me pertenece. Soy la dueña de mi vida.
¿ y tú?
© Autor: Chuchi González.Coach Motivacional. [ Blog de Chuchi ] [ DH Crear-T ]
40 o más y soltera... y feliz de serlo
http://www.todamujeresbella.com/9412/tengo-40-aos-soy-soltera-y-qu/ Tengo 40 años, soy soltera, ¿y qué?, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez. Publicado con permiso.